EL METROMANO 25/12/2017
Estimado Metrofilos; Hoy me me hice un regalo de navidad al empezar esta serie para liberar el estres del día a día y dado que paso muchas horas viajando en Metro me parecio un tema interesante para compartir con ustedes.
Soy un adicto al Metro, no solo por la comodidad que representa para llegar a tiempo a cualquier sitio, además por ser un mundo dentro del mundo que es la ciudad de Madrid. Para mí, viajar en el Metro es una formar de descubrir y disfrutar de la posibilidad de ver y conocer a la gente que viajamos juntos: es decir, los Metrofilos, porque sin duda, si bien todos tenemos opciones de transporte como es el caso de las motos o scooteres; hoy en día muy populares para moverse en la gran ciudad evitando el lento tráfico; el autobús que llega a todas partes, pero desafortunadamente en forma imprevisible de tiempo; los Trenes de Cercanía; que al igual que el Metro son puntuales, pero de cobertura limitada o el vehículo propio que para mí sería la última opción de transporte por lo costoso: el combustible, los impuestos y los seguros, la dificultad para estacionar y las laaaargas colas habituales en cualquier gran ciudad, por eso todavía hay gente que como yo disfruta mucho viajando en Metro: Esos somos los Metrofilos, pero cuando se convierte en una adicción como es mi caso, pasamos al estadio superior de la satisfacción y nos convertimos en Metromanos.
En mi caso, el Metro tiene muchas ventajas que lo hacen muy atractivo. Lo obvio es pensar solo en lo corto de las esperas en las estaciones, el viajar a alta velocidad y llegar a tiempo a donde vamos. Pero hay muchos otros aspectos si vemos a los viajeros como personas que somos y observamos todo el entorno que rodea a este submundo subterráneo. Yo no soy periodista, excusen mis habilidades como escritor, solo soy psicólogo y lo que más me atrae es observar y conversar con los Metrofilos y todo el entornos de gente de todo colores y formas que nos acompañan en nuestros viajes. La idea de este blog es compartir con ustedes las anécdotas y mi forma de ver este medio, en el que veo en forma de comportarnos cuando viajamos en Metro y de paso; comentar aspectos que me llaman la atención sobre las personas.
Primero les voy a comentar que el comportamiento observado en los Metrofilos cuando viajan es de total aislamiento individual, en el mismo dormimos, leemos o lo más frecuente; chateamos con nuestros móviles; lo que para mí representa el aislamiento de los tímidos que preferimos un medio de contacto que podamos controlar totalmente y todos en mayor o menor grado somos tímidos; aunque poco uso esa forma de comunicación, porque tengo los dedos muy gordos y la pantalla es muy pequeña, tal vez eso ha evitado que me convierta en adicto virtual.
El comportamiento de los Metrofilos me recuerda el que he visto también en los ascensores. Cuando uno se monta en un ascensor, lo que ve son caras largas mirando hacia delante o hacia arriba, a mí me gusta ser cortés, porque creo quela cortesía es la forma de romper las barreras de comunicación con los demás, así que siempre doy los buenos días; pero, usualmente hay pocas y débiles respuestas, por lo que repito los buenos días en voz firme y alta; como lo hacían nuestros maestros en el colegio, y así todos contestan y se rompe el hielo, Empezando a conversar con las personas de al lado: “¿qué día más frío!”, “no ha llovido mucho”, “espero que el ascensor no se pare muchos pisos, porque estoy apurado”, “ya veo que han marcado mi piso”, etc.; en fin, los comentarios de lo que nos inquieta y que sale a flote al comunicarnos.
Me he preguntado muchas veces, ¿a qué se debe ese comportamiento?; creo que la respuesta debe ser nuestra reacción natural a la claustrofobia al vernos encerrados en un espacio tan pequeño. No es que todos tengamos claustrofobia, si no que aflora en situaciones al vernos como “sardinas en lata” en un ascensor. Creo que en el Metro hay también algo de eso, a lo cual hay que agregar que “técnicamente” estamos “Bajo tierra”!!!!!!, en un ascensor que se mueve horizontalmente. A esto se agrega el mayor tiempo que uno pasa cuando viaja en el Metro, haciendo que el mecanismo natural de defensa sea mirar de frente, mirar al techo o si podemos chatear en el teléfono. Todo este mecanismo de conducta de aislamiento a pesar de gustarnos vivir en sociedad ya nos vino en el ADN de todos. De eso les hablaré más adelante.
La idea de este blog es comentar lo que veo e interpreto cómo los Metrofilos y los Metromanos nos comportamos cuando viajamos en el Metro. No les garantizo una regularidad de mis escritos porque esto lo hago como un relax a la vida ocupada que llevamos todos, pero cuenten con mis comentarios y ané3dotas que iré agregando en este blog. Ustedes también pueden compartir aquí sus experiencias y así las disfrutamos todos.
Soy un adicto al Metro, no solo por la comodidad que representa para llegar a tiempo a cualquier sitio, además por ser un mundo dentro del mundo que es la ciudad de Madrid. Para mí, viajar en el Metro es una formar de descubrir y disfrutar de la posibilidad de ver y conocer a la gente que viajamos juntos: es decir, los Metrofilos, porque sin duda, si bien todos tenemos opciones de transporte como es el caso de las motos o scooteres; hoy en día muy populares para moverse en la gran ciudad evitando el lento tráfico; el autobús que llega a todas partes, pero desafortunadamente en forma imprevisible de tiempo; los Trenes de Cercanía; que al igual que el Metro son puntuales, pero de cobertura limitada o el vehículo propio que para mí sería la última opción de transporte por lo costoso: el combustible, los impuestos y los seguros, la dificultad para estacionar y las laaaargas colas habituales en cualquier gran ciudad, por eso todavía hay gente que como yo disfruta mucho viajando en Metro: Esos somos los Metrofilos, pero cuando se convierte en una adicción como es mi caso, pasamos al estadio superior de la satisfacción y nos convertimos en Metromanos.
En mi caso, el Metro tiene muchas ventajas que lo hacen muy atractivo. Lo obvio es pensar solo en lo corto de las esperas en las estaciones, el viajar a alta velocidad y llegar a tiempo a donde vamos. Pero hay muchos otros aspectos si vemos a los viajeros como personas que somos y observamos todo el entorno que rodea a este submundo subterráneo. Yo no soy periodista, excusen mis habilidades como escritor, solo soy psicólogo y lo que más me atrae es observar y conversar con los Metrofilos y todo el entornos de gente de todo colores y formas que nos acompañan en nuestros viajes. La idea de este blog es compartir con ustedes las anécdotas y mi forma de ver este medio, en el que veo en forma de comportarnos cuando viajamos en Metro y de paso; comentar aspectos que me llaman la atención sobre las personas.
Primero les voy a comentar que el comportamiento observado en los Metrofilos cuando viajan es de total aislamiento individual, en el mismo dormimos, leemos o lo más frecuente; chateamos con nuestros móviles; lo que para mí representa el aislamiento de los tímidos que preferimos un medio de contacto que podamos controlar totalmente y todos en mayor o menor grado somos tímidos; aunque poco uso esa forma de comunicación, porque tengo los dedos muy gordos y la pantalla es muy pequeña, tal vez eso ha evitado que me convierta en adicto virtual.
El comportamiento de los Metrofilos me recuerda el que he visto también en los ascensores. Cuando uno se monta en un ascensor, lo que ve son caras largas mirando hacia delante o hacia arriba, a mí me gusta ser cortés, porque creo quela cortesía es la forma de romper las barreras de comunicación con los demás, así que siempre doy los buenos días; pero, usualmente hay pocas y débiles respuestas, por lo que repito los buenos días en voz firme y alta; como lo hacían nuestros maestros en el colegio, y así todos contestan y se rompe el hielo, Empezando a conversar con las personas de al lado: “¿qué día más frío!”, “no ha llovido mucho”, “espero que el ascensor no se pare muchos pisos, porque estoy apurado”, “ya veo que han marcado mi piso”, etc.; en fin, los comentarios de lo que nos inquieta y que sale a flote al comunicarnos.
Me he preguntado muchas veces, ¿a qué se debe ese comportamiento?; creo que la respuesta debe ser nuestra reacción natural a la claustrofobia al vernos encerrados en un espacio tan pequeño. No es que todos tengamos claustrofobia, si no que aflora en situaciones al vernos como “sardinas en lata” en un ascensor. Creo que en el Metro hay también algo de eso, a lo cual hay que agregar que “técnicamente” estamos “Bajo tierra”!!!!!!, en un ascensor que se mueve horizontalmente. A esto se agrega el mayor tiempo que uno pasa cuando viaja en el Metro, haciendo que el mecanismo natural de defensa sea mirar de frente, mirar al techo o si podemos chatear en el teléfono. Todo este mecanismo de conducta de aislamiento a pesar de gustarnos vivir en sociedad ya nos vino en el ADN de todos. De eso les hablaré más adelante.
La idea de este blog es comentar lo que veo e interpreto cómo los Metrofilos y los Metromanos nos comportamos cuando viajamos en el Metro. No les garantizo una regularidad de mis escritos porque esto lo hago como un relax a la vida ocupada que llevamos todos, pero cuenten con mis comentarios y ané3dotas que iré agregando en este blog. Ustedes también pueden compartir aquí sus experiencias y así las disfrutamos todos.
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