EL METROMANO 15/2/2018



Estimado Metrofilos; fui de domingo pasado al metro para comprar unos nórdicos, está haciendo mucho frío y no había mucha gente, era Domingo por lo que el habitual tráfico se redujo significativamente en la tarde. Los domingos son días familiares en el Metro; muchas familias, muchos cochecitos de bebés y mucha algarabía de gente contenta que aprovecha el día de asueto para pasarlo bien. Efectivamente, conversando con una linda familia con dos niños pequeños y un bebé, me comentaron que acostumbraban a ir los domingos a un centro comercial y comer en una comida rápida con toda la familia.  
De esta conversación hubo dos cosas de esta familia Metrofila que me encantaron: Primero es motivante ver que en España se está incrementando el número de hijos por familia; en este caso particular era una familia numerosa ya que tenían tres hijos, lo que conlleva la posibilidad de recibir descuentos y facilidades como estimulo al incremento de la población en un país como España que ha mostrado un incremento poblacional 0,0% en lo que va del año (Es decir que tuvimos el mismo número de abuelos fallecidos que nietos nacidos). Es muy lamentable como la crisis que nos llevó de un crecimiento anual del 1,8% en el 2007 a caer a un crecimiento cero en el 2017. Un país necesita hacer crecer su población para tener generaciones de relevo que nos sustituyan para mejorar la calidad de vida del mismo en el futuro. Lo bueno en España son los programas de familia numerosa que ayudan a las familias valientes que a pesar de la crisis han decidido aumentar el número de hijos. Aun cuando este programa es muy conocido no está de más recordar a los Metrofilos donde pueden buscar información sobre familias numerosas en Madrid: Dele aqui con el ratón para ir al enlace de Familias Numerosas
Ese día de asueto, el Metro estaba lleno de las nuevas generaciones de adolescentes que iban a pasarlo bien. Hablando con algunos de ellos me sentí muy contento; ya que durante el tiempo de viaje dejaron de chatear en sus teléfonos móviles. Por el contrario conversamos animadamente sobre varios temas que me han confirmado que los adolescentes, aunque complicados por el cambio fisiológico que implica esa fase de nuestra vida pueden comunicarse con facilidad con un viejo, siempre que los temas de conversación sean interesantes. Es curioso como siendo la adolescencia una de las fases más complicadas de nuestra vida, olvidemos con facilidad lo que nosotros pasamos por esta. Lo que ocurre en los adolescentes es que a partir de los 8 años se produce una eliminación de conexiones neuronales en el cerebro que eran necesarias antes de esa edad por ser el periodo más intenso de nuestro aprendizaje y que ya no son necesarias. El problema es que como resultado de ese proceso se ralentizan las redes neuronales relacionadas con la planificación y la percepción de largo plazo, y sus consecuencias, porque estas maduran más lentamente. Esto tiene como consecuencia las conductas atrevidas con visión de corto plazo que los adultos no podemos comprender en nuestros hijos y nietos adolescentes y que nos distancian de ellos en esa etapa, ya que nos olvidamos como lo fue en nuestra propia vida y los obligamos a asumir conductas maduras, que en ese momento no pueden comprender: De ahí la rebeldía ante nuestra conducta adulta de imponer disciplinas y al advertirles sobre peligros que somos capaces de ver, pero que aún ellos no los ven. Sin embargo, en un plano de conversación abierta aceptando a los adolescentes como son, se pasa el tiempo en el Metro sin darnos cuenta, y a veces nos pasándonos de estación al estar distraídos con la conversación. A mí me pasa con frecuencia cuando viajo en Metro. Por suerte, solo hay que bajarse en la siguiente estación y cambiar de andén para regresar a dónde íbamos.  
¡Feliz viaje en Metro!, voy saliendo para ir al Metro.

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